Pegamento casero

Lo primero que tenemos que hacer para fabricar nuestro pegamento es mezclar en una olla 1/2 cucharada de azúcar con una cucharada y media de harina.

 

Después, agregamos dos cucharadas de agua fría, poco a poco, mientras vamos mezclando sin que se formen grumos en nuestra masilla.

 

Preparamos media taza de agua hirviendo y echamos media cucharadita de vinagre para después verter nuestra masa anterior.

 

Lo removemos a fuego lento hasta que vaya espesando, procurando que no se nos pegue en la olla.

 

Esperamos a que se evapore ligeramente el agua caliente y retiramos del fuego, consiguiendo la textura necesaria para que pegue, sin que se reseque.

 

Dejamos que enfríe bien y ya tenemos listo nuestro pegamento.

 

Podemos hacer la cantidad justa que vayamos a utilizar o, si preferimos, una buena cantidad para uso diario. Para conservarlo, simplemente lo introducimos en un frasco y lo metemos en la nevera. Lo bueno de este pegamento es que no mancha la ropa.